Uno de los mejores planes gratuitos que se puede hacer en Singapur es ir a Marina Barrage y ver la gente haciendo volar sus coloridas cometas mientras contemplas el atardecer. Y mejor aún, hacer volar tu propia cometa. O al menos intentarlo 😛
A continuación te cuento mi experiencia, por si quieres replicarla cuando viajes a esta ciudad-país o simplemente por disfrutar de mi torpeza con la cometa. No te lo reprocharé.
Cómo llegar a Marina Barrage
La forma más fácil, si no dispones de vehículo propio, es desde la estación de MRT de Marina Bay. Una vez allí debes caminar una media hora hasta Marina Barrage, bordeando el vanguardista bosque artificial de Gardens by the Bay, tras unas obras titánicas e incluso ganando terreno al mar.
No hay pérdida, pero desde este mapa puedes verlo más claramente:
El autobús nº 400 también pasa cerca, pero no lo utilicé así que no puedo darte más detalles, no obstante tienes horarios y más información en lapágina oficial del gobierno de Singapur.
¿Qué es exactamente Marina Barrage?
Marina Barrage es una presa construida en 2008 en la bahía de Marina Bay para controlar el caudal del río y tener agua potable para la ciudad de Singapur.
La presa se puede visitar y caminar a través, pero el auténtico motivo de que la gente acuda a Marina Barrage es subir a lo alto del edificio de control a través de una rampa que sube en espiral y observar las vistas de la ciudad desde lo alto, principalmente, a la hora del atardecer.
Incluso la zona más alta está adornada con césped como si fuera un campo, por lo que tiene todo el sentido hacer un picnic con tus amigos o familiares (vigilando que una cometa sin rumbo no te golpee en la cabeza) mientras observas la puesta del sol.
¿Pero has visto que cositaaaaaaaa? <3
¡Volar cometas desde lo alto de Marina Barrage!
Aprovechando la brisa que hay en lo alto del edifico, es un lugar ideal para hacer volar cometas, y mucha gente se presenta allí cada día para hacerlas volar. Así que allí que fui con una que me dejó mi amiga para hacerla volar, o al menos intentarlo.
Hacer volar una cometa no es difícil. Aprendí de forma autodidacta y quizás no es la forma adecuada pero yo seguí estos pasos y me funcionó 😀 así que te los explico de forma resumida:
- Suelta unos metros de cuerda y coge la cometa o déjala en el suelo (para mi era más fácil cogerla con la mano).
- Muévete en dirección contraria al viento mientras tensas de la cuerda hasta que la cometa va elevándose, o la ayudas un poco lanzándola al cielo con suavidad.
- Entonces, si la cometa se mantiene flotando, ve soltando cuerda para que la cometa gane altura. De lo contrario, vuelve al paso 1.
Al poco tiempo ya tenía la cometa volando orgullosamente en lo más alto del firmamento. Hasta pude hacer una foto con la otra mano como un jefazo:
Como he comentado, conseguir que la cometa vuele no es complicado (al menos de forma amateur para pasar el rato), sin embargo el mayor problema que tuve eran los malditos constantes enredos de la cuerda… ¡Aaaargh, era un auténtico incordio!
Casí pasé más tiempo desenredando cuerda que volando la cometa. Pero por lo demás muy bien, fue una tarde divertida y diferente pues jamás había volado una ^.^ Supongo que con otro tipo de cuerda y rollo de más calidad será menos caótico. O eso quiero pensar.
La cometa que más me gustó era ésta con forma de dragón chino (estilo serpiente, como Shenron de Dragon Ball):
Te dejo un vídeo que he encontrado (no es mío) para que veas que hay cometas de todos los estilos, precios y colores:

Ver el atardecer desde Marina Barrage
El atardecer en este lugar lo recuerdo precioso. La luz anaranjada del sol se reflejaba en los altos edificios de Singapur y creaban preciosos patrones en el cielo que a su vez se veían eclipsados por las cometas que danzaban en el cielo siguiendo un patrón o sin rumbo, según la maestría del que las exhibía.
Y finalmente el sol acabó desapareciendo por el horizonte para dar paso a una nueva noche en la que las luces de neón empezaban a brillar parpadeando por toda la ciudad. Singapur es vibrante, tanto de día como de noche.
Es en la misma noche cuando el excéntrico hotel Marina Bay Sands, con su piscina infinita de 150 metros de largo en lo más alto del edificio, resalta aun más en el skyline urbano de Singapur, con los árboles gigantes artificiales de Gardens by the Bay a sus pies.
El día había finalizado, pero la noche no había hecho más que empezar. Y aunque Singapur ofrece muchos planes nocturnos para el ocio, en mi caso realicé un paseo nocturno, cené y ya iba tocando descansar… El día de mañana iba a estar cargado de nuevas aventuras. Pero eso es otra historia 🙂
¿Conocías este lugar? ¿Has volado una cometa alguna vez? ¡Te animo a dejar un comentario y contarnos!